domingo, 22 de noviembre de 2009

Prehistoria y romanización


Los primeros testimonios de presencia del hombre en lo que hoy conocemos como concejo de Gijón se sitúan en el Monte Deva, donde existen una serie de túmulos (primitivos enterramientos) y en el Monte Areo, donde existe un conjunto dolménico neolítico considerado como el más importante del norte de España.

En 1990, unas prospecciones arqueológicas permitieron sacar a la luz 30 dólmenes, repartidos en dos sectores diferentes: Los Llanos y Les Huelgues de San Pablo, que según los están agrupados en un "cierto orden monumental". Sucesivas campañas arqueológicas han permitido el estudio de un túmulo en el área de San Pablo y otros dos en la zona de El Llano. De tipología diferenciada, dos de ellos presentan cámaras de planta rectangular y otro, trapezoidal con un pequeño corredor precediéndolo. Éste último es un caso interesante, ya que no es frecuente encontrar dólmenes de corredor en el área del Cantábrico. Este conjunto dolménico está datado del 5000 a. C.


Ayuntamiento de Gijón
"Elogio del Horizonte", obra de Eduardo Chillida (conocida informalmente como El Eulogio).
Escultura de Octavio Augusto junto a las Termas Romanas
Playa de San Lorenzo y Cimadevilla.
Vista de "La Acerona" con el edificio "Bankunión" al fondo
Vista de GijónEl primer poblado del que se tiene noticia (Noega) se encuentra en la Campa Torres, con origen en los siglos VI y V a. C., poblado por astures de la gens de los cilúrnigos y posteriormente romanizado. Sin embargo Noega fue progresivamente abandonada como consecuencia de la fundación de la ciudad romana de la península de Cimadevilla, posiblemente llamada Gigia.

Esta ciudad, sin duda la más importante de la Asturias romana, debió de ser un importante puerto de la ruta marítima del cantábrico, además de servir de enlace con la meseta a través de la vía que, partiendo de Gigia, recorría el centro de asturias por Lucus Asturum y que posteriormente enlazaba, en Asturica Augusta, con la Vía de la Plata. De esta etapa histórica nos quedan los restos de las termas romanas del campo valdés (siglo I a II d. C.), la muralla romana (siglo III a IV) y la fábrica de salazones, entre otros hallazgos arqueológicos.

Además la romanización debió de ser intensa en todo el concejo, como atestiguan las villas romanas de Veranes y Murias de Beloño

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